Cuando vas de empotrador...y la empotradora eres tú.


Hace tiempo que apareció un post en el que nos definían algo que las mujeres sabíamos que existía pero no lográbamos ponerle nombre. Es un tipo de hombre que estaba (y está) en nuestras fantasías, que hay pululando por Hollywood pero que ¡ojo!, hay algunos que están muy a nuestro alcance. Puede ser un Jason Momoa, un Chris Hemsworth, tu compañero de gimnasio o ese vecino con el que subes en el ascensor que piensas…”Ay madre, como se quede atascado el ascensor…”, son los llamados EMPOTRADORES.







Los empotradores son esos hombres fornidos (que no necesariamente híper-mega-cachas), que tienen la suficiente fuerza cómo para levantarnos y manejarnos de un lado para otro: pierna pa’ ca, pierna pa’ lla, que si media vuelta, que si te subo en la encimera…vamos, esos hombres que nos hacen sentir como si pesáramos 50 kg y estuviéramos en un Nirvana constante.




Con todo esto en mente, hay chicos que nada más verlos piensas, “Este tiene que ser un SEÑOR EMPOTRADOR”. Sus antebrazos, sus bíceps, su altura (en algunos casos), sus piernas, el desprender follabilidad…todo eso lo delata.




El “problema” llega cuando por fin te topas con uno de esos "Empotradores", que además de serlo (o aparentarlo) físicamente, él ya se ha encargado de enfatizarlo diciéndote cosas sobre lo bien que folla, lo bien que lo sabe hacer todo, lo que te va a hacer, que si has probado tal, que si has probado cuál, que si patatín que si patatán. Vamos, que te lo pone todo de “¡Qué Maravilla, Maravilloso todo!”.  
Las expectativas que nos hacemos son muy altas, como es lo normal, y aunque Leiva nos advierta: “Cuidado con las expectativas”, somos más la Vecina Rubia: “Me estoy creando expectativas y me están quedando preciosas”.




Llega el día en el que quedas con tu empotrador. Llevas cachonda (no os ruboricéis porque es así) desde el minuto 1 que sabes que vas a quedar. 
Cuándo ya os preparáis para a la acción y os tumbáis en la cama u os ponéis en el asiento trasero de tu coche (eso da igual), esperas que de un momento a otro te coja y…………..y…nada. 
No es que no se lance,no, sino que eres tú la que tienes que dar el primer paso porque si no se te va el tiempo como el “vino en catas”, te entra el sueño o ves que va a empezar tu programa favorito y no habéis hecho na’. 

Tú piensas, "Bueno, vamos a darle otra oportunidad, que a lo mejor está haciendo un repaso mental sobre la artillería que va a sacar o está viendo cuál puede ser la mejor opción u estrategia para cogerte en volandas y llevarte a otra habitación… " .Pues no, cuándo te das cuenta ,estás tú rollo Amazonas, haciendo sentadillas y disponiendo para aquí para allá. Dos sentadillas de sumo y ya han visto las estrellas.

“Va, va, va (piensas), fijo que me deja hacer y luego ya se pone él a rematar la faena…” Mmmmm…por el nombre de este post, ya os podéis imaginar que no.






¿Dónde está mi pelo cómo si me hubieran dado escobazos? ¿Mi señal del gotelé? ¿Mis moratones de clavarme las cosas? ¿En qué momento se pasó de empotrador a empotradora midiendo solo 1,60? 









Besis y amapolas para tod@s!











Pd: Creando enemigos en tres, dos, uno…


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