Un gordo viene a verme
“Te levantas
pero notas un nudo en el pecho que no te deja ni ponerte en pie. Como si un
gordo de 200kg se te sentara encima y te dijera “no no no, de aquí no te
mueves” y por más que intentas levantarte para seguir con tu vida no
puedes. Te falta el aire, intentas respirar profundamente pero cada inspiración
es como si te clavaran un cuchillo en el diafragma. Estás bien, a tu rollo,
lavando los platos, estudiando tu tema, pero de repente, sin venir a cuento, el
gordo se te abalanza para que lo cojas en brazos como si fuera tu primilla de 7
años, y por más que le dices que se suelte, que te hace daño, él sigue ahí.”
(Siento si el
símil con gordo es un poco despectivo, pero es lo que más asemeja a tener ANSIEDAD).
Seguramente
todos o muchos de vosotros habéis sentido todo esto que he detallado. Puede ser
que supierais la causa o puede que no, puede que solo haciendo un par de
respiraciones haya disminuido o tal vez no, o que ni siquiera sabéis que os
pasa.
Podría
explicar científicamente el porqué de la ansiedad, de sus tres componentes,
teorías y tal…pero lo voy a hacer más sencillo. ¿Sabéis qué? Todo esto viene por nuestra mente, me atrevería a
decir que un 80% de las enfermedades cotidianas que tenemos, es producido por
nuestro cerebro. Ojo, que no digo que nos la inventemos, sino que “somatizamos”,
es decir, que nuestro cerebro las genera.
Y ya que
sabemos que todo esto nos ocurre por nuestro cerebro, por nuestros PENSAMIENTOS,
¿Por qué no dejamos de pensar? No
os alarméis, dejar de pensar es casi
imposible (solo lo hacen los hombres ;D). Más que el dejar de pensar yo diría
dejar de darle importancia a las cosas. ¿Qué
es importante? ¿Qué es tan importante
en tu vida cómo para que te cueste la salud? ¿Cómo es tan de importante esa
cosa que nos ha sucedido cómo para que el gordo no se vaya felizmente de
vacaciones?
Nada en esta
vida es importante, entre otras cosas porque no da tiempo. No da tiempo, porque
no lo tenemos, estamos aquí de paso. ¿Qué
has perdido el trabajo?, ya encontrarás la manera de salir adelante, que si
no puedes solo, pongo la mano en el fuego de que hay mil personas a tu
alrededor dispuesta a ayudarte. ¿Que no
has aprobado la oposición este año?, el mundo no se acaba, sigue con lo
tuyo hasta que se te acaben las opciones y ya las has agotado, pues invéntate otras. ¿Qué has sufrido mal de amores? ¡Ay,
eso sí que duele!. Una amiga mía me dijo que prefería parir a tener mal de
amores, que el parir sabes que son 15min y dos puntos pero el desazón de no ser
querido por la persona “que quieres”…eso duele mucho, pero… ¿os cuento un secreto? Todavía nadie se
ha muerto de esto y no creo que alguno de nosotros seamos los primeros.
Hay que
cambiar nuestra manera de pensar, y os lo juro como que lo he visto, vivido y
estudiado que funciona. Hay que relativizar y simplificar, no tenemos que tener
miedo a nada, ¿A qué voy a tener miedo?
Miedo puedo tener si alguien te apunta con una pistola, y hay gente que ni
siquiera pero…¿ a suspender un examen, a
tu jefe, a que te deje tu pareja ?psssss….
Pero es
cierto que cambiar nuestra manera de pensar cuesta y es, entre otras, por varias razones: o porque no queremos
cambiar porque cuesta mucho trabajo, porque el pensar así nos trae algún
refuerzo positivo (como por ejemplo atención por parte de los demás) o porque
no sabemos cómo.
Hay mil
maneras en la psicología, en la meditación…para que la ansiedad disminuya
(porque si otra cosa no sé, pero lo que sí sé es que la ansiedad igual que
sube, baja). Es algo complejo que se necesita sesiones de terapia o de
entrenamiento, pero yo os voy a contar
mi historia:
Hubo un
tiempo en el que yo me acostaba TODAS las noches y me levantaba TODOS los días
con el gordo cabrón encima, hasta que un día…se fue. Yo en ese momento no sabía
por qué se había ido, pero sin más, me sentía liberada y ¿sabéis por qué? Porque al gordo no le alimenté. Le daba de comer
pechugas hervidas y de cenar brócoli, no las hamburguesas que tanto le gustaba.
También porque de tenerlo siempre en brazos yo desarrollé mis bíceps y tríceps (por
eso tengo unos brazos que te pego una hostia y te visto de torero) y ya necesitaba
que pesara más para yo notarlo y él en vez de engordar más, adelgazaba gracias
a mi dieta. No lo alimentaba. No lo alimentaba con mis pensamientos, porque
decidí que esos días, meses, años en los que el gordo no me dejaba ni moverme
ni nada no los iba a recuperar… ¡y qué coño! ¡Era mi vida! Estando siempre el
gordo en mis brazos, cómo era más grande que yo (fácil, mido 1,60cm) no me
dejaba ver y no podía disfrutar de mis cosas, sieeeeeeeempre con ese peso
encina.
A lo que
quiero llegar con esto, es que no le tenemos que dar tantas vueltas a las
cosas, a los pensamientos, que cuando sucedan pues han sucedido, que las cosas
que nos pasan no son tan importantes, que lo que nos imaginamos no ocurre ni en
un 90%, que…tenemos que vivir sin miedo.
Os voy a dejar
una frase del libro del “Arte de no amargarse la vida” de Rafael Santandreu que
dice:
“La forma efectiva de superar los miedos no
es enfrentarse a ellos, sino comprender que no hay nada que temer.”
¡Besis y amapolas para tod@s!
PD: este post se lo dedico a
todos los que comparten mi historia del gordo y que han hecho que lleve adelgazado
100kg de momento y espero haberles ayudado yo también.
Chapó!!😊
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