Estabas mejor como platónico


Amor platónico (RAE) “es un amor idealizado y sin relación sexual”.
Pero yo lo de sin relación sexual lo quitaba.
Todas, TODAS, hemos tenido y tenemos un amor platónico, ese chico idílico, perfecto, con el que soñamos tener una vida estupendísima a su lado, que tiene poquísimos defectos, que deseamos tener sexo apasionado con él (y que algunos sueños de la siesta han sido patrocinados por ellos), con pinta de empotrador pero a la vez dulce… Todo esto queda maravilloso en tu mente, pero se jode cuándo al fin lo conoces.

Estás nerviosa porque por fin vas a conocer o a “intimar” con el que ahora (o puede ser que desde siempre) te hace sacar una sonrisilla cada vez que piensas en él. Hace muuuuuuuuuuucho que estás esperando esta oportunidad, muchas conversaciones hasta las tantas subiditas de tono, muchas mierdas que has tenido que aguantar que te contase cuándo a ti te importaba esa misma mierda. Pero crees que puede llegar tu oportunidad de hacer todo eso que te habías imaginado en tu mente (ojo, que no solo estoy hablando de casarse y tener 6 hijos y 4 perros, ya me entendéis…), ¡argggggg!¡Qué maravilloso todo! Eliges tu ropa cuidadosamente: un poco de escote nunca viene mal, los pantaloncitos o mallas que mejor culo te hacen y unas deportivas (para que vea que puedes ir arreglada o informal, que un toque natural hace ver que tienes confianza en ti) un poco de rimmel y antiojeras, todo sencillo, que no te tienes que esconder bajo mil capas de pintura. La colonia para que cuándo la huela te recuerde a ti y marchando. No se te olvidan en el bolso, chicles y toallitas íntimas (ya me entendéis, chicas).

Por fin te recoge (es buena señal, así no tienes ni que sacarte el coche ya que estás tan nerviosa que no atinas ni a aparcar, ni llegas sudando al sitio dónde has quedado). Su coche huele maravillosamente a colonia de tío (mi debilidad, dame un feo que huele bien y ya veremos…), huele maravillosamente porque al igual que tú has hecho tu ritual, él también, ¿eh? no te pienses que ellos dejan todo al azar, hay cosas que no. Ese olor ya te hace tener palpitaciones (y a lo mejor no especialmente en el corazón…). En tu mente te has imaginado de todo, cómo habla, cómo besa… pero difícilmente es imaginarse un olor. Todo va perfecto.

Después de hacerte la remolona y de decir que no sabes a dónde ir, por fin se decide y dice de ir a su casa, o a un camino, o a un banco, da igual, tú eso ya lo tenías en mente pero no lo ibas a decir para no parecer una desesperada (hay que dejar que los tíos se piensen que llevan la iniciativa). Eso sí, te llega a llevar a comer un helado y te pillas un cabreo de la hostia.

No va mal la cosa, pero ya tus expectativas van decayendo un poco… Tú te lo habías imaginado un poco, no sé, ¿con sangre? ¿con más vidilla?. Y ni que decir tiene la imagen de ese polvo perfecto que tenías en tu mente (sabías que era difícil de igualar a tu fantasías), pero…

Cuando llegas a tu casa reflexionas, tienes una cara de ameba que no puedes con ella. Te preguntas sentada en la cama que si ha merecido la pena, que si tanto para nada, que todo estaba mejor en tu mente. Y es que hay amores que solo se deben quedar en eso,  en amores platónicos.







Besis y amapolas para tod@s!


Pd: es un blog y cómo bien dice en mi cabecera “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”, o no…

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