Por qué piensas que todo va a salir bien cuando vas borracha
Si amigis, yo por lo menos, cuando voy
borracha, me pienso que todo me va a salir bien. ¿Por qué? No lo sé. (A ver,
quien dice borracha no dice ir hasta el culo, me refiero a llevar el puntillo).
No sé qué es
lo que ocurre en nuestro cerebro (seguro que lo he estudiado en alguno de mis
temas de neuropsicología) que nos montamos unas películas dignas de Oscar. No sé
si será la euforia o el reggaetón o los cubalibres lo que nos hace cometer locuras
que aparentemente no tienen ninguna laguna.
No sé en qué
momento se nos ocurre ir al servicio a pintarnos los labios cuando ya llevamos
una copeja de más. Mientras nos pintamos los labios en el espejo, nos estamos
mirando sensualmente (con más autoestima que un viceverso) pensando que cuando
nos retoquemos el maquillaje y salgamos del baño vamos a estar estupendísimas
y toda la discoteca nos va a mirar. Nos van a mirar porque estamos
buenorras, llevamos un ahumado impecable y los labios rojo pasión. Sí, los
labios y también los dientes. No es hasta que ha pasado media hora cuando tu
amiga te dice que te limpies (haciéndote la señal de limpiarse los dientes con
el dedo) y ya de paso que te quites el papel que llevas en los
taconazos.
No sé en qué
momento se nos ocurre que es buena idea mezclar. Llevas toda la noche bebiendo
ron con limón y piensas que 5 chupitos de Jagger más y una copa de Puerto de Indias,
con sus respectivas fresas, no te iba a hacer ningún daño. En tu visualización
perfecta del día de mañana te ves a ti estupendamente, con una cara estupenda,
con un cuerpo estupendo…y nada más allá de la realidad. Tienes una resaca del 10
y no puedes ni con tu alma. (Lo bueno de tener resaca es que el cuerpo te pide agua, y te
aseguras de beber los 2 litros diarios que recomienda…como mínimo).
No sé en qué
momento decides que vas a salir a correr con tu grupete del gimnasio.
Te has venido arriba y lo sabes, pero en tu mundo que te montas en el que todo
es de color de rosa no hay cabida para cansancio o resaca y dices que sí, que
vas a estar estupenda al otro día, que te vas a plantar las Nike, las
compresoras y el Polar y que vas a estar súper puntual a las 9. Si tienes tanta
fuerza de voluntad o no quieres quedar como una malqueda, te despiertas, aunque
dormir hayas dormido poco (te sueles echar siestas más largas), aunque todavía
tengas pintada la raya del ojo, aunque el pintalabios que tan bien te lo habías
pintado cuando has ido al servicio siga ahí, aunque huelas a bodega. Estás
deseando correr los 10k para luego volverte a dormir.
No sé en qué
momento, y este es el más preocupante, te piensas que todos tus "bicheos" e
incluso tu ex, te van a declarar su amor por ti. Tú mandas mensajes, a veces
duplicados, del rollo de “te echo de
menos, me acuerdo mucho de ti, me encantaría que estuvieras aquí conmigo…” vamos,
lo que viene siendo "milongas" y , cómo ya no te cabe más distorsión en tu mente,
te crees que te van a contestar, por lo menos, 2 de 3. Pero nada más allá de la
realidad. Te acuestas pensando que no te han contestado todavía porque estarán
durmiendo (claro, no todos han tenido que salir como tú) y esperas que al
despertar tengas 3 de 3 o 2 de 3 whastapp sin leer. Lo único que tienes el otro
día son 200 mensajes en el grupo de amigas y una vergüenza en to’lo alto.
Pero no os preocupéis. Os dejo unos
consejitos para que no se os den estas situaciones:
- Id siempre al baño con una amiga que se
preocupe por ti y te diga si vas hecha un Cristo.
- NO MEZCLÉIS, no os estáis tomando un
Détox.
- Evitad a
la pandilla del gimnasio. Haced como si no los hubierais visto.
- Y, dejaos el móvil en casa. Así tenéis
horas para meditar lo que vais a
poner. Con suerte estáis tan pedo que os quedáis dormiditas con él en la mano.
Besis y amapolas para tod@s!
Pd: ¡Ojo!,todo
esto es ficción, a mi no me hace falta estar borracha para hacer estas cosas.
Comentarios
Publicar un comentario